Llegó septiembre y con él parece que, de repente, el mundo se hubiese recuperado de un lapsus en el que el trabajo pasa a último plano.
Tras ese espejismo, arranca el mes de la vuelta al cole con llamadas, mails, peticiones, exigencias, nuevos contactos… y el blog de A-Tres también se lanza a la normalidad con un primer artículo postvacacional surgido precisamente de esa primera semana de septiembre.
Con él queremos romper una lanza en favor de aquellas empresas que hacen webs y que, sin querer, nos ‘envían’ a sus clientes.
Porque en A-Tres, septiembre comenzó escuchando a nuevos clientes quejarse de sus anteriores gestores web. Y eso nos llevó a reflexionar sobre los problemas de comunicación que surgen una y otra vez cuando internet se encuentra con el mundo físico.
La mayoría de las quejas que nos llegan no son más que evidencias de esta comunicación truncada entre dos empresas con negocios y sistemas de trabajo normalmente muy diferentes, por un lado la que quiera una web y por otro, el que se la hace.
El primero quizás tenga claro qué quiere o necesita, pero probablemente no sabe transmitirlo de tal forma que sus ideas cristalicen en la mente del diseñador/desarrollador tal y como las tiene en su propia mente.
Este es el principal problema, a nuestro juicio, a la hora de asumir un proyecto web y no creo que ninguna empresa que haga webs no se haya encontrado con algún cliente con el que no se entiende adecuadamente, siendo muy complicado llegar a un producto final satisfactorio.
Pero las quejas de las que hablábamos son menos abstractas, suelen tener que ver con pequeños detalles y con dinero y el desacuerdo entre ambas partes deriva en la mayoría de los casos de una comunicación con muy poca fluidez.
1. Les pagaba un mantenimiento anual por no hacer nada en la web
Ésta es, sin duda, la queja más repetida. Aquí hay de todo, desde gente que desconoce (y no tiene por qué saberlo si nadie se lo ha explicado previamente) que toda web necesita alquilar un hosting y un dominio y que este alquiler suele renovarse anualmente hasta personas que confunden mantenimiento técnico con mantenimiento de contenidos y esperan cierto dinamismo en su web de cara al público cuando por lo que han pagado es por tener saneada la web por dentro.
2. Cada vez que quería cambiar un número de teléfono tardaban una semana
Decimos número de teléfono como podría ser cualquier otro contenido de la web. La dependencia de una empresa externa para mantener y gestionar una web corporativa lleva aparejadas desventajas como el hecho de estar a merced de sus dinámicas de trabajo. Lo que para el dueño de la web puede ser urgente, quizás no sea visto así por la compañía web, que tiene que atender muchos otros pequeños cambios en muchas otras web. Y cambiar un número de teléfono en una web no siempre es tan sencillo como hacerlo en un documento de texto. Si la página se ha desarrollado a medida, cualquier modificación, por pequeña que sea, puede ser una tarea compleja. Aquí no nos resistimos a reiterar las facilidades que ofrece WordPress, cuyo gestor de contenido es tan sencillo que permite al propietario de la web realizar cambios en el contenido sin necesidad de recurrir a nadie. Pero esta ya es otra historia.
3. Cómo es posible que haya tanta diferencia de precios
Otro clásico. Cuando un empresario quiere una web y le plantea su proyecto a varias compañías, se encontrará con presupuestos muy dispares para desarrollar la misma idea. Esto suele llevar a pensar en que alguien intenta aprovecharse o que alguien dice que hará más de lo que hará, porque nadie regala duros a cuatro pesetas. Y si bien es cierto que el mundo web, al igual que el resto, no está exento de pillos de un tipo u otro, la diferencia de precio suele estar más relacionada con la forma de desarrollar la web que con cualquier otra razón. Si le presentamos el proyecto a una compañía que hace webs a medida, lo lógico es que su precio sea muy superior al que nos ofrecerá una firma que utiliza un programa preconfigurado y plantillas, pero el precio, en este caso, no indicará necesariamente una diferencia de calidad en el resultado final, simplemente pone de manifiesto la distancia en tiempo y recursos que hay entre una forma de hacer las cosas y la otra.
4. Por qué me quieren cobrar tanto por poner la web en dos idiomas si es darle a un botón
Sí, es darle a un botón. Eso es lo que hace el visitante que llega a nuestra web y quiere cambiar de idioma (si es que está en más de uno). Pero para ofrecerle esta opción, hay que hacer que la web hable en cada uno de los idiomas que queremos y para hacer esto, a los desarrolladores e implementadores web no les llega con dar a un botón. Es necesario duplicar cada texto y subir a mano su traducción a cada idioma que se quiera incorporar. Obviamente no hay que volver a hacer el diseño, pero el tiempo de colocar cada texto en varios idiomas puede llegar a ser nada despreciable en webs con alta carga de contenido informativo.
Como se aprecia, las quejas son lógicamente entendibles y rápidamente subsanables con una sencilla explicación. El problema es que con demasiada frecuencia unos y otros pecamos de dar las cosas por sabidas cuando a día de hoy falta mucha cultura general sobre el mundo de internet y aún más sobre los detalles del trabajo que se realiza en internet. Es por ello que blogs como este y como los cientos y cientos que hay sobre el espacio digital conforman un ecosistema informativo en el que A-Tres intenta poner su grano de arena para ayudar a mejorar la comunicación entre todas las partes. Ante cualquier duda, mejor preguntar, nosotros intentaremos responder. ¡Feliz vuelta al cole!
Real como la vida misma. ¡Me encanta este post! Os tengo que decir que por mi experiencia (he tutelado la creación, ayudado a diseñar, creado contenido etc de unas cuantas webs) el problema a veces es que las agencias o empresas que hacen las webs no somos capaces de explicar en lenguaje comprensible, cuáles son los límites de nuestros servicios, qué es un hosting, qué implica crear contenido para un blog, etc. Al final, el desconocimiento de la sociedad en general de estos temas, nos pasa factura.
¡Felicidades por el post, again!
Muchas gracias Eva. A veces nos encontramos con que damos demasiadas cosas por sabidas y es cuando se producen estos problemas de comunicación que generan clientes descontentos. Por eso, creemos que todo lo que pueda ayudar a mejorar la comunicación es un esfuerzo que vale la pena, incluidos artículos como este, que nos encanta que te haya encantado!