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Ley de Cookies o cómo meter en la cárcel a esos frikis de Internet

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No sé lo que verán los turistas de la gran ciudad. Atún, atún y algas. Otra cosa no se explica”. Así de perplejo se quedaba el tipo de la canción del mítico grupo Ciudad Jardín ante la afluencia de visitantes a su pequeño pueblo pesquero.

Una cara parecida se nos ha quedado a los que hacemos webs (bueno, a algunos, supongo que no a todo el mundo, hay de todo en la viña del Señor) cuando entró en vigor la tristemente famosa ley de cookies. ¿Ein? ¿Cookies? ¿Qué es eso?

Está bien empezar por el principio. Las cookies (literalmente, “galletas”, en inglés, algo que los de la LOGSE y hasta los de la ESO habrán deducido ya) son unos programitas que se introducen en tu ordenador con la finalidad de facilitar información fundamentalmente sobre tus hábitos de navegación, y normalmente de forma anónima.

¿No sabías que había estos programas “espías”? Pues sí. Y seguro que tu ordenador está lleno de ellos. Google, sin ir más lejos, instala unas cuantas para conocer (de manera anónima, juran y perjuran) tus hábitos de navegación y afinar las búsquedas que hagas en su web, por ejemplo. Y las cookies no están ahí desde hace unos días. Llevan muchos años haciendo su trabajo.

Es cierto que esto puede considerarse una intromisión en la privacidad de los usuarios de Internet. Aunque, insisto, la inmensa mayoría de los programas que usan cookies aseguran que los datos que recaban son totalmente anónimos, es una afirmación muy difícil de garantizar plenamente.

Por tanto, se entiende que haya cierto recelo por parte de los usuarios, y que se busque una legislación para, cuando menos, informar de estas prácticas, por si alguien prefiere preservar su anonimato de una manera más segura.

Como decíamos, hace mucho tiempo que existen las cookies, pero hace también mucho tiempo que los distintos navegadores (los programas que usamos para entrar en internet, como Explorer, Firefox, Chrome, Safari…) tienen herramientas para bloqueas esas cookies. Así que para ese problema ya había una solución. Siempre la hubo.

Pero como eso es muy sencillo, y en España, antes muerta que sencilla, hemos creado una ley (que en realidad no es una ley, sino un apartado de nuestra queridísima LSSI) que todos llamamos cariñosamente “Ley de cookies”.

Esa ley obliga a todas las páginas web comerciales (y considera comerciales prácticamente a todas las páginas web) a dos cosas:

  • En primer lugar, a informar de que nuestra web introduce cookies en los ordenadores de los usuarios (si es lo que hace, claro)
  • En segundo lugar, a bloquear todas las cookies hasta que el usuario acepte explícitamente su uso (por ejemplo, pulsando un botón de aceptación)

Diseccionemos esto.

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  • Páginas comerciales son todas aquellas en las se huela, aunque sea sutilmente, que hay detrás cierto ánimo de lucro. Es decir, no sólo las tiendas electrónicas, sino la web de una empresa de servicios que simplemente mencione que tiene unos servicios por los que cobra, aunque no se puedan contratar por internet, es una página comercial. Sólo se libran las páginas personales, de carácter estrictamente personal (en las que no menciones que prestas servicios o vendes productos y en las que, por supuesto, no tengas ingresos por publicidad, aunque éstos no te lleguen ni para pagar el hosting) y las páginas de la Administración (ministerios, ayuntamientos, etc…) siempre y cuando no incluyan actividades comerciales como la venta de merchandising (en el caso de museos de titularidad pública, por ejemplo).
  • Informar sobre las cookies es algo que está también contemplado en otras legislaciones de nuestro entorno. La diferencia es que en esas leyes los responsables de una web solo tienen que informar de la existencia de cookies, no bloquearlas.
  • En España, como somos la caña, no basta con informar (eso es para flojitos como los ingleses); aquí hay que bloquear las cookies hasta que el usuario las consienta no implícitamente, sino de manera explícita.
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Es decir, que de golpe y porrazo, la gran mayoría de las 750.000 páginas webs de pymes españolas, más las tropecientas mil de autónomos, profesionales y grandes empresas, pasan a estar fuera de la ley. Estas cientos de miles de empresas, y otros cuantos miles de profesionales, tienen que gastarse de su bolsillo una nada despreciable cantidad de pasta en adaptarse a esta ley, porque prácticamente todas usan cookies.

Y no usan cookies porque sean unos malvados traidores vendidos al MI5, a la CIA o la KGB. Usan cookies porque usan servicios externos (líderes en el mundo) que las implantan, quieran o no. Servicios como Google Analytics (el servicio de analítica web más utilizado en el planeta) o plataformas de contenido como WordPress (el CMS más utilizado en el planeta) usan cookies que el responsable de la web que implementa estos servicios externos no puede controlar.

Es más, un servicio universalmente conocido como Facebook implanta cookies que no puedes controlar. Así que si un profesional o una empresa tienen página (entendemos que fan page, que los perfiles, por su carácter personal, quedan al margen de esta ley) en Facebook, estará incumpliendo la ley de cookies. Y además, no tiene ninguna posibilidad de cumplirla. Bueno, sí hay una: eliminar la página de Facebook.

Recapitulando: las cosas se pueden hacer de manera sencilla (¿Cómo? ¿Sencilla? ¿Qué somos, alemanes, o qué?) o complicadas, y en este país, donde Rajoy es presidente y Orenga entrenador de la selección de baloncesto, está claro qué camino nos gusta más ¿no?

Por eso una opción como informar a los visitantes de cómo bloquear las cookies en sus navegadores (¿demasiado razonable, quizás?), o directamente obligar a los responsables de esos navegadores a traer las cookies deshabilitadas por defecto (ya que nos gusta más el rollo heavy), queda descartada. Es mucho más guay que cada una de los cientos de miles de webs de este país tenga que hacer una adaptación técnica pagada de su propio bolsillo (¡toma ventaja competitiva! ¡Primo, vente pa´España a hacer webs!) por usar servicios externos plenamente aceptados, cuando no ampliamente alabados, en todo el mundo (menos aquí, que Spain is diferent).

En fin, como en A-Tres usamos WordPress como base para las webs de nuestros clientes, y como WordPress utiliza cookies por defecto (y no digamos ya si se añaden plugins como encuestas, estadísticas y otros muchos), y como nuestros gobernantes están con su relaxing cup of café con leche y lo demás se la suda, tendremos que buscar una solución.

Circulan algunos plugins que podrían adaptarse a lo que demanda la legislación española. Recordemos que no basta con informar de las cookies, hay que tener un sistema que las bloquee hasta que el usuario las acepte explícitamente.

Nosotros hemos probado un plugin llamado COOKILIAN, que hemos visto en la selección que hace una de nuestras webs de referencia, Ayudawordpress.com. Los resultados son irregulares. No nos funciona del todo bien. En algunos casos nos sale el aviso constantemente, aunque consientas el uso de cookies. Pero en otros parece que funciona correctamente, así que vale la pena probarlo. De los que hemos usado, es el único que parece cumplir con la legislación española.

Por ahora nos quedamos con la misma cara que al tipo de la canción de Ciudad Jardín, mientras pensamos que esta ley debe estar pensada para amedrentar a todos esos frikis de internet que tanto dan la vara. Otra cosa no se explica.

Créditos de la foto: nettsu via Compfight cc

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Antonio Sangiao

3 Comments

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  • tenéis el aviso de cookies…PERO ES QUE NO ALMACENÁIS COOKIES!!!vuestra web no almacena cookies y siendo una empresa de marketing online ese fallo es impropio

    os aconsejo contratar a alguien que no sea becario para esto

    • Desgraciadamente, Nuria, nuestra web sí introduce cookies en los ordenadores de nuestros visitantes, no porque nosotros queramos, sino porque está hecha con WordPress, que por defecto tiene cookies para determinadas acciones (como recordar ciertas preferencias), como puedes comprobar en la información oficial del core de WordPress (http://codex.wordpress.org/WordPress_Cookies). También porque tenemos como servicio de estadísticas Google Analitycs, que funciona con cookies. Todas las cookies que pueden llegar a activarse si usas todos los servicios de nuestra web están en nuestra página de política de Cookies (http://a-tres.com/politica-de-privacidad). Para cumplir con la ley, hemos integrado un plugin que bloquea todas las cookies hasta que se acepte su uso por parte de cada visitante (como marca la ley). Este plugin lo hace por defecto (o eso dice, ya hemos comentado en esta entrada del blog que aún lo estamos probando), a no ser que indiques lo contrario. Quizás fue eso lo que ocurrió en tu caso, o quizás el plugin cometió un exceso de celo y bloqueó todas las cookies incluso aunque las hayas aceptado. Como aún lo estamos probando, lo investigaremos. En cualquier caso, muchas gracias por tu preocupación y por participar en nuestra web.

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